lunes, 13 de julio de 2015

EL PAPA FRANCISCO DEJA CONDECORACIONES A LA VIRGEN DE COPACABANA - BOLIVIA




EL PAPA FRANCISCO DEJA SUS CONDECORACIONES A LA VIRGEN DE COPACABANA, PARA QUE CUIDE AL PUEBLO, A LA IGLESIA Y AL SUCESOR DE PEDRO



El Santo Padre profundamente agradecido por las distinciones que el Señor Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia le otorgó, y en reconocimiento a la nobleza y la piedad del pueblo boliviano, las ha dejado a la Virgen de Copacabana para que al mirarlas cuide con mucha ternura maternal a este querido pueblo y que lo custodia con Él.

Y durante la Misa celebrada hoy dejó las ambas distinciones recitando la siguiente oración:

"El Señor Presidente de la Nación en un gesto de calidez ha tenido la delicadeza de ofrecerme dos condecoraciones en nombre del pueblo boliviano.

Agradezco el cariño del pueblo boliviano y agradezco esta fineza, esta delicadeza del Señor Presidente y quisiera dejar estas dos condecoraciones a la Patrona de Bolivia, a la Madre de esta noble Nación para que Ella se acuerde siempre de su pueblo y también desde Bolivia, desde su Santuario, donde quisiera que estuvieran, se acuerde del Sucesor de Pedro y de toda la Iglesia, y desde Bolivia la cuide.

Madre del Salvador y Madre nuestra, tu, Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana, atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges.

Recibe como obsequio del corazón de Bolivia y de mi afecto filial los símbolos del cariño y de la cercanía que – en nombre del Pueblo boliviano – me ha entregado con afecto cordial y generoso el Señor Presidente Evo Morales Ayma, en ocasión de este Viaje Apostólico, que he confiado a tu solicita intercesión.

Te ruego que estos reconocimientos, que dejo aquí en Bolivia a tus pies, y que recuerdan la nobleza del vuelo del Condor en los cielos de los Andes y el conmemorado sacrificio del Padre Luis Espinal, S.I., sean emblemas del amor perenne y de la perseverante gratitud del Pueblo boliviano a tu solicita y fuerte ternura.

En este momento pongo en tu corazón mis oraciones por todas las peticiones de tus hijos, que he recibido en estos días: te suplico que les escuches; concede a ellos tu aliento y tu protección, y manifiesta a toda Bolivia tu ternura de mujer y Madre de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

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